viernes, 16 de diciembre de 2011

Suena el Páramo

Con una mezcla de sonido muy destacada a la fecha del Cine Colombiano, nos introducimos en un "suspenso psicológico”. El sonido directo está a cargo de Federico Billordo y la postproducción de Martin Grignaschi, quienes logran en conjunto hacer del sonido un protagonista lleno de miedo, angustia, suspenso y horror. Comprobando que este puede ser el recurso más útil de este género cinematográfico, y sin importar que los crímenes o los actos crueles de la película se cometen en silencio.

Personalmente me quedo pensando si ha sido tanto el daño psicológico causado por la guerra que llegaremos a este punto, o por qué no, es posible que ya estamos en este punto, donde nos roza el miedo a lo que creemos es “el mal” y entre nosotros mismos acabamos con nuestras vidas.  Un gran análisis sobre las raíces de cualquier conflicto, sea personal o social, cómo descuidar los daños psicológicos causados por la degradación de la sociedad en la mente humana, si finalmente es este daño el que sigue generando violencia.

Es admirable el gran logro para el Cine Colombiano de poder recoger en una sola película una tradición nativa como lo es el miedo que puede generarse en un páramo en esta situación, adicionando ese ser sobrenatural al que los Colombianos le tememos y aún más allá entrar en el conflicto del país, logrando que además allá suspenso e innovar en un género con buenos resultados y no con intentos fallidos.
Al ver la película se inicia percibiendo una única motivación para subir al páramo que se tergiversa con lo que encuentran los personajes allí, quedando inconcluso este primer tratamiento que se expone, sin embargo de esta manera queda claro el deseo del director de no hacer identificable el enemigo en el relato y generar en el espectador ese análisis psicológico de la violencia.

Destaco la selección de actores y los perfiles de personajes, cada uno logra desarrollarse con características no solo como soldados sino como personajes de una película de ficción, desde aquel hombre que llena sus diálogos de groserías, hasta Ponce, que para mí es el pequeño “protagonista” quien tiene una motivación para salir de allí y que con algunas miradas se convierte en el más neutral de este grupo de soldados. No puedo dejar de resaltar al Indio, quedé fascinada con el rostro de ese hombre y como logra registrar en cada plano, con esa hermosa personalidad de ser nativo (que físicamente lo demuestra), es un fiel representante de las tradiciones y creencias culturales del país aun así siendo parte del ejercito.

Encuadres Que fortalecen el miedo, el encierro y la vivencia individual de cada personaje, casi que podemos sentir los puntos de vista narrativamente identificándonos con esta cámara en hombro, con planos cerrados llenos de neblina que nos dificulta la visión, tanto como los personajes lo están viviendo; movimientos rápidos y bruscos de cámara de la misma manera que ocurre con la visión humana en una situación de pánico, la atmósfera de la película es perfectamente utilizada por parte del Director a la hora de generar suspenso para el espectador y transmitir el temor de cada personaje.

Una gran crítica a la sociedad destacando que no es fácil lograrlo con suspenso. De hecho por experiencia propia debo decirle a Jaime que lo logró conmigo, cito hoy las palabras del Director para asegurarle que me quitó la comodidad en la sala de cine y que finalmente el enemigo no fue identificable. Lo felicito por eso.

Jaime Osorio Márquez: “Lo que me interesa o me llama del cine y que me gustaría lograr con él, es finalmente una cosa: no es invitar a soñar sino a despertar. Eso sí define el cine que me interesa. Uno puede hacer ambas, una: que el espectador evada, o despertar, generar una reacción no solo emocional, sino cuestionarlo, invitarlo a la reflexión, que sea una actividad activa y no pasiva. Debería ser una experiencia física y quizás hasta dolorosa, yo creo que El Páramo de cierta forma logra eso. Generar una sensación física, así sea de repulsión y al mismo tiempo intelectual. Quitándole al espectador la comodidad que tiene al sentarse en una sala de cine” y comentó adicionalmente a la prensa extranjera desde Sitges "El enemigo no está más allá y no siempre es tan identificable como dice el gobierno, que ve a la guerrilla como la causante de todos los males de la sociedad". 

Felicito a todo el equipo técnico de la película y por supuesto a Rhayuela por esta realización. 

Mónica Molano Soler
Escuela Nacional de Cine

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